La corrupción es un delito y un fenómeno social, económico y
político que consiste en actos ilegales para conseguir la realización de intereses personales o grupales. Es un acto de abuso de
poder que lo cometen las personas que llegan a espacios de poder públicos o privados, ya sea como autoridades o como parte
de la burocracia.
La corrupción funciona de diversas maneras:
- Trafico de influencias.
- Desviación de fondos.
- Extorsión.
- Fraude.
- Uso indebido de información privilegiada.
- Compra-venta de decisiones judiciales.
- Soborno.
- Apropiación indebida.
- Nepotismo.
La corrupción es una realidad mundial, depende de la madurez política de cada país. Existen entidades nacionales e internacionales, con la misión de supervisar el nivel de corrupción administrativa y financiera nacional, como es el caso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y Transparencia Internacional.
La corrupción política se refiere a los actos delictivos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder e influencian a realizar un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso, anticipando sus intereses personales o los de sus allegados, para conseguir una ventaja ilegítima generalmente de forma secreta y privada.
El término opuesto a corrupción política es Transparencia. Según Hernández Gómez (2018), la corrupción se define como «toda violación o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta». Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado legítimo.
Sayéd y Bruce (1999) definen la
corrupción como «el mal uso o el abuso del poder público para beneficio
personal y privado», entendiendo que este fenómeno no se limita a los funcionarios Públicos.
También se define como el "conjunto de actitudes y actividades mediante
las cuales una persona transgrede compromisos adquiridos consigo mismo,
utilizando los privilegios otorgados, esos acuerdos tomados, con el objetivo de
obtener un beneficio ajeno al bien común". Por lo general se apunta a los
gobernantes o los funcionarios elegidos o nombrados, que se dedican a
aprovechar los recursos del Estado para de una u otra forma enriquecerse o
beneficiar a parientes o amigos.
El concepto de corrupción difiere dependiendo del país o la jurisdicción. Lo cierto es que algunas prácticas políticas pueden ser legales en un lugar e ilegales en otros. En algunos países, la policía y los fiscales deben mantener la discreción sobre a quien arrestan y a la vez acusan, y la línea entre discreción y corrupción puede ser difícil de dibujar. Los países en que la transparencia de las cuentas públicas, adquisiciones, concesiones y similares sea reducida o incluso inexistente estarán más expuestos a estas acciones, pero si además los medios de información no son transparentes al informar a los ciudadanos o se ven coartados en la posibilidad de hacerlo o simplemente manipulados, el proceso de corrupción será más complicado de erradicar y juzgar.
Siguiendo a Max Weber, puede decirse que la gran diferencia entre el ejercicio del poder por el Antiguo Régimen y el mundo democrático, es que en el Antiguo régimen ese ejercicio era marcadamente patrimonialista. Sin embargo, en los regímenes democráticos, al recaer la soberanía en el pueblo, el ejercicio del poder tiene que responder ante la nación. Por otro lado resultan útiles las aseveraciones de Theobald, quien, además de definir la corrupción como «el uso ilegal del oficio público para el beneficio personal», intuye que en el mundo preindustrial las dependencias personales dieron paso —en el mundo industrial— a la codificación formal de las organizaciones sociales buscando la eficiencia. Sin embargo, los lazos familiares o de amistad aún perduran con más presencia conforme se desciende en la pirámide burocrática. Los países desarrollados también presentan corrupción, pero esta tiende a frenarse cuando se dan aumentos extraordinarios en la cantidad y la calidad de los medios de producción, y también si se diera una economía internacional basada en un sistema estable de intercambio de valores, bienes y servicios.
El concepto de corrupción difiere dependiendo del país o la jurisdicción. Lo cierto es que algunas prácticas políticas pueden ser legales en un lugar e ilegales en otros. En algunos países, la policía y los fiscales deben mantener la discreción sobre a quien arrestan y a la vez acusan, y la línea entre discreción y corrupción puede ser difícil de dibujar. Los países en que la transparencia de las cuentas públicas, adquisiciones, concesiones y similares sea reducida o incluso inexistente estarán más expuestos a estas acciones, pero si además los medios de información no son transparentes al informar a los ciudadanos o se ven coartados en la posibilidad de hacerlo o simplemente manipulados, el proceso de corrupción será más complicado de erradicar y juzgar.
Siguiendo a Max Weber, puede decirse que la gran diferencia entre el ejercicio del poder por el Antiguo Régimen y el mundo democrático, es que en el Antiguo régimen ese ejercicio era marcadamente patrimonialista. Sin embargo, en los regímenes democráticos, al recaer la soberanía en el pueblo, el ejercicio del poder tiene que responder ante la nación. Por otro lado resultan útiles las aseveraciones de Theobald, quien, además de definir la corrupción como «el uso ilegal del oficio público para el beneficio personal», intuye que en el mundo preindustrial las dependencias personales dieron paso —en el mundo industrial— a la codificación formal de las organizaciones sociales buscando la eficiencia. Sin embargo, los lazos familiares o de amistad aún perduran con más presencia conforme se desciende en la pirámide burocrática. Los países desarrollados también presentan corrupción, pero esta tiende a frenarse cuando se dan aumentos extraordinarios en la cantidad y la calidad de los medios de producción, y también si se diera una economía internacional basada en un sistema estable de intercambio de valores, bienes y servicios.
Integrantes: Mateo Baculima y Daniela Sacasari.
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